Psicoterapia

La media naranja. Pensar que necesitamos de otra mitad.

El cuento de “la media naranja” de Elena Ferrándiz explica como una media naranja, con el afán de sentirse completa, inicia la búsqueda de su otra mitad.  Nunca le terminaba de encajar ninguna pareja hasta que un día, cuando menos se lo esperaba, se quedó prendada de la mitad perfecta.  Tras tiempo de esfuerzo y dedicación, consiguió que su alma gemela fuera suficientemente madura para consolidar su relación, y fue entonces cuando se la llevó a casa y decidió pasarla por el exprimidor.

¿QUÉ INSPIRA EL CONCEPTO DE “MEDIA NARANJA”?

El concepto de “la media naranja” es algo controvertido.  El pensar que para ser uno necesitamos de otra mitad puede hacernos sentir incompletos como seres individuales y fomentar el depender de otra persona para “ser alguien”.  En la vida nos complementan muchas cosas, entre ellas por supuesto la pareja.  Aún así, eso NO significa que seamos “mitades” que necesitan de otra mitad, sino seres completos que encuentran el bienestar y la felicidad al lado de otro ser completo.  Así pues, podemos imaginar que somos naranjas completas que buscamos y encontramos otras naranjas también completas, autosuficientes e independientes que deciden compartir su “jugo”.

Cuando queremos a alguien, ese sentimiento de amor nos convierte, aún no quererlo, en seres dependientes, esta es una realidad que no podemos negar.  De hecho, dependemos de multitud de elementos (trabajo, familia, amigos, responsabilidades diarias, dinero, salud, etc.), pero, sin embargo, nos movemos de un modo independiente (con poder de decisión, con capacidad de elegir, con pensamiento propio e individual) dentro de los distintos contextos de los que dependemos.  Por otro lado, la realidad de depender de un grupo como la familia o los amigos refuerza nuestra identidad.

ASÍ PUES, ¿PODEMOS HABLAR DE MEDIAS NARANJAS O HABLAMOS DE NARANJAS COMPLETAS?

Podemos hablar de un modo romántico sobre “nuestra media naranja”, siempre y cuando tengamos en cuenta nuestra posición como seres individuales y completos que deciden compartir y experimentar con otra persona completa.  La realidad nos dice que  aporta mucho más “algo completo” que “una mitad”.

¿QUÉ SIGNIFICA ESTO?

Significa que, como personas completas tendremos mucho más que ofrecer al otro, nos sentiremos capaces y vivaces para “beber” diariamente del “jugo de la vida”, y todo ello preservará nuestra autoestima.  El querernos como naranjas completas nos ayudará a ganar seguridad ante las adversidades y encontrar solución cuando aparezcan obstáculos en el terreno emocional.

¿CÓMO PODEMOS EVITAR QUE ESTO SUCEDA?

Cuidando a nuestra pareja pero sin olvidar nuestra dedicación personal e individual, escuchando cuáles son nuestras necesidades individuales para sentirnos naranjas completas.  El cuidado de esta esencia a partir de aprender a tomar decisiones, posicionarnos cuando algo no nos guste, expresar cómo nos sentimos, hacer un descanso individual cuando lo necesitemos, cuidar las aficiones y aspectos que nos hacen sentir realizados, compartir el amor cediendo espacio vital al otro, etc., son algunos de los modos.

Fuente: Mensalus

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