Es probable que, intuitivamente, si escuchas este concepto pienses en bajas laborales por depresión o en problemas en el trabajo. Y no vas mal encaminado: la depresión laboral es el término que utilizamos para referirnos al trastorno del estado de ánimo, la depresión, causada por dificultades o problemas en el trabajo.
Y es que, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el trabajo es beneficioso para la salud mental, pero cuando este nos causa infelicidad y sufrimiento puede aparecer la depresión laboral.
Según la propia OMS, algunos de los riesgos para la salud mental en el trabajo son los siguientes:
- Políticas inadecuadas de seguridad y protección de la salud.
- Bajo nivel de apoyo a los empleados.
- Horarios de trabajo rígidos.
- Falta de claridad en las áreas u objetivos organizativos.
- Prácticas ineficientes de gestión y comunicación.
- Escaso poder de decisión del trabajador o ausencia de control de su área de trabajo.
Sin embargo, no son las únicas causas. ¿Quieres conocer más de ellas? ¿Así como síntomas de este trastorno, y posibles tratamientos para combatirlo? ¡Pues sigue leyendo!
Depresión laboral: ¿en qué consiste?
La depresión laboral es una de las principales causas de coger una baja en el trabajo. Se trata, en realidad, del trastorno depresivo, pero en este caso causado por el trabajo.
La realidad es que pasamos gran parte de nuestra vida en el trabajo, y que por ello, cuando este no nos satisface, nos genera una presión y un estrés desmedidos, o nos ocasiona malestar, podemos desarrollar una depresión laboral.
Síntomas
La depresión laboral es aquella que aparece como consecuencia del trabajo. Concretamente, aparece cuando este interfiere de manera negativa en nuestra vida. Un efecto que puede tener origen en una gran cantidad de causas: presión excesiva, situaciones de moobing, desmotivación, sentirse mal tratado, etc.
Los síntomas que pueden aparecer en la persona que sufre depresión laboral serían los mismos (o similares) a los que aparecen en la depresión. Algunos de los más destacados, según el DSM-5 (Manual Diagnóstico y Estadístico de los trastornos mentales), son los siguientes:
- Síntomas anímicos: tristeza, abatimiento, infelicidad, irritabilidad…
- Motivacionales y conductuales: inhibición, apatía, anhedonia, falta de motivación, agitación…
- Cognitivos: rendimiento alterado y déficits formales en atención, memoria, velocidad mental…
- Físicos: problemas de sueño, fatiga, aumento o disminución del apetito, disminución del deseo sexual…
- Interpersonales: deterioro de las relaciones sociales, disminución del interés por la gente, sensación de rechazo, etc.
Todos estos síntomas afectarían negativamente a la vida de la persona y muchos de ellos se relacionarían de forma directa con el trabajo. Es decir, el paciente podría tener pesadillas relacionadas con el trabajo, por ejemplo, o presentar dificultades para dormir pensando en las preocupaciones que le genera el mismo, etc.
Causas de la depresión laboral
En cuanto a las causas de este trastorno, como decíamos, estas se fundamentan en el trabajo. Las más habituales son las siguientes:
- Problemas de comunicación y conflictos con compañeros y/o superiores.
- Responsabilidades excesivas y no acordes con el salario.
- Insatisfacción general, no sentirse valorado (como profesional) o compensado económicamente.
- Haber experimentado una situación traumática o especialmente estresante, ya sea de forma puntual o continuada en el tiempo (por ejemplo sufrir moobing).
- Sufrir estrés excesivo en el trabajo.
- Presentar una importante desmotivación con el trabajo.
- Estar inmerso en un ambiente laboral altamente tóxico, o tener la sensación de que no se tiene el control de nada.
- Frustración continuada al no conseguir los objetivos o resultados deseados.
- Vivir una situación de maltrato (por ejemplo, un docente por parte de sus alumnos).
Cuando se padece uno o más de estas situaciones y, además, de forma continuada en el tiempo puede aparecer la depresión laboral.
Tratamiento
s fundamental tener en cuenta los factores contextuales, causales y mantenedoras del trastorno en la persona, sabiendo que éstos tienen mucho que ver con el trabajo de la misma. Para articular este pilar, deberá realizarse un buen diagnóstico diferencial y no confundir el síndrome del burnout con la depresión, entre otros.
En este sentido, será de especial relevancia tratar la sintomatología derivada por la propia experiencia en el ámbito laboral, atendiendo a los síntomas físicos y psicológicos que la depresión laboral cause.
La depresión laboral es un trastorno grave pero tratable; así, puede (y debe) tratarse con los profesionales adecuados y con un tratamiento adaptado a las necesidades y características del paciente.
Además, es importante evitar los sentimientos de culpa por pedir la baja laboral por esta razón y luchar contra la estigmatización y todos los prejuicios asociados a la salud mental. ¿Verdad que nadie nos dice nada por pedir la baja si nos hemos roto una pierna? ¿Por qué deberían cuestionarnos por pedirla por depresión?
Finalmente, mantener un equilibrio vital, así como escuchar cómo nos sentimos en cada momento e identificar con acierto nuestras necesidades, nos ayudará a buscar ayuda, a sentirnos mejor y a prevenir este tipo de trastornos.
Fuente: La mente es Maravillosa